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Con mi corazón en tus manos

Y recuerdas cómo, meses atrás, cerrabas la puerta ante cualquier propuesta. Recuerdas cuándo diste aquel portazo, dejando tras él, una vida llena de color que en aquel entonces tu veías en blanco y negro. Tan solo querías crear tu propio refugio, evadirte del mundo y de todos sus componentes, tan sólo tenías pensamientos depresivos que te convencían de que todo era una simple mierda, de que nada tenía sentido o de que nunca llegaría algo mejor.
Solamente querías añadirle miles y miles de cerrojos y pestillos a aquella puerta  para asegurarte de que jamás volverías a confiar en la persona equivocada. Para que no volvieses a cometer el mismo y estúpido error, y para comprobar si de esa forma, las lágrimas y el hecho de sufrir se esfumarían hacia otro lugar lejos de ti.
Hasta que de pronto, cuando menos esperanzas tenías reunidas, y -cómo siempre- en el momento menos esperado... alguien decide tocar esa puerta. Alguien comienza a demostrarte que ve en ti lo que nunca nadie supo ver y decide esperar a que le abras, dispuesto a que le dejes pasar (no sólo a través de esa puerta, sino también a través de tu vida).
Y tu, dudosa, cansada de falsas palabras y mentirosas formas de amar, mirabas por la mirilla en busca de algún defecto o algún fallo que lo convirtiese igual al resto. Aunque había una diminuuuuuta e insignificante diferencia... y es que no eras capaz de encontrar en él palabras falsas, defectos o fallos.
Pero a él le daba igual que dudases, que desconfiaras y que no lo creyeses; pues seguía insistiendo tras esa dura puerta esperando a que algún día te dignases a salir con una sonrisa en los labios. Seguía, a pesar de todo, aportándote millones y millones de detalles sin rendirse, pues en el fondo sabía que valorarías todo su esfuerzo.
Ese alguien también decidió ignorar el tiempo que tardarías en abrir todos y cada uno de los cerrojos que en un pasado pusiste como medio de protección. Y esperar, esperar y esperar, ignorando cualquier inconveniente ya fuese el frío, el calor, la desconfianza, y las desilusiones que en algún momento le aportaste.
¿Y por qué? Porque sabía que perfectamente que la lucha y la espera darían sus frutos y que la recompensa era muy pero que muy especial.
Así fue como, día tras día a partir de hechos, palabras y detalles que no paraba de demostrarte; fuiste -uno por uno- abriendo pestillos y rompiendo cerrojos para darle una oportunidad a ese alguien.
Fue así como rompiste las reglas y decidiste dejarlo pasar tras esa puerta llamada corazón.
Sí, así fue como consiguió romper esa coraza compuesta de tantos intentos fallidos, tantas oportunidades desperdiciadas y tanto dolor acumulado que envolvía tu corazón. Así fue como una vez más, estuviste dispuesta a amar, pero esta vez de una forma más especial, pues estabas segura de que todo sería diferente... de que al fin, había alguien que decía la verdad.
Ahora notas que ese alguien ha pasado a ser una de las personas más especiales del mundo, notas que lo quieres como al que más, que lo que sientes es precioso y que esperas que esto siga así durante muchísimo tiempo. Ahora te sientes completa, viva, radiante, con más ganas de vivir que nunca y de apostar cualquier cosa por este sentimiento.
Y es que, no paras de agradecerle al cielo, que alguien tan especial haya aparcado en tu vida para transmitirte amor, amor de verdad, felicidad y un cariño cálido imposible de ignorar. Que ahora no quieres cerrar los ojos para no perderte nada de esto, y que solamente los cerrarías para escuchar con mayor claridad, los fuertes y continuos latidos de su corazón.
Ahora sí que es verdad que confías plenamente en él y cómo no en que nunca, nunca, nunca, hay que darse por vencido.

                    <<Ahora sí te digo, con mi corazón en tus manos, que te quiero mucho.>>


                                                                 ~ Feliz 28; feliz cumplemes ~




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